Sigamos jugando con palabras hermosas, hirientes, desubicadas y románticas.
Sigamos jugando con momentos, situaciones, reacciones y decisiones.
Sigamos jugando con besos, caricias, roces y abrazos.
Sigamos jugando con una botella de cerveza, un trago de tequila y un cuba libre.
Sigamos jugando a que esto no es un juego.
Sigamos jugando mintiéndonos.
Sigamos jugando sin esperar nada a cambio.
Sigamos jugando, que o sino me aburro.
Pero sobre todo, sigamos jugando... porque te encanta hacerlo.
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